Por Variety
NOVIEMBRE, 17. 2021.
El 18 de Octubre de 2019, justo cuando las protestas comenzaban a tomarse Santiago, se realizaba la ultima performance del Cabaret Travesía Travestí, terminando con una era personal para Nicolás Videla. Una era llena de expresión vibrante, relaciones turbulentas, y amor. “Travesía travesti” es el acercamiento de Videla a una capsula de tiempo, un documental que refleja un capitulo empapado de hilaridad y sensibilidad, mostrado a través de los lentes rayados de una Mini DV, y memorias de VHS.
Además de registrar las performances, “Travesía travestí”, toma el espacio apropiado para ver dificultades detrás de escena, nacidos de desacuerdos u opresión, y habla con verdad sobre la identidad. El film ha sido nominado al premio Beeld en Geluid IDFA Reframe, y será exhibido en la sección Luminous del festival. Es una coproducción entre Cinespecie de Videla, y La Madre (Nicole Bonilla), en Chile.
Variety habló con Videla antes de el estreno de su documental en IDFA.
¿Puedes hablarnos sobre la importancia del contexto político de “Travesía travesti”?
La esperanza de vida de un travesti en América Latina no supera los 35 años. No estamos en los libros de historia, y nuestras memorias no fluirán gracias a nuestra progenie. Solo los psiquiatras han hablado de nosotras, y hemos sido mal representadas en pantalla, pasando de victimas a antagonistas. La sociedad trata de incluirnos en algo de lo que algunas de nosotras no queremos ser parte, además de creer que tienen el poder para reparar todo el daño histórico que nuestra comunidad ha heredado desde la colonización. Pero las personas trans y queer necesitan empezar a hablar por ellas mismas. Es importante para el mundo considerar nuestra memoria, además de ponerle atención a la oportunidad epistemológica de un film que no es sobre “travestis”, sino que hecho por ellas.
Mientras actuabas en el cabaret, ¿siempre tuviste la intención de hacer un film sobre Travesía travesti? ¿Como fuiste juntando todo ese material durante años?
En mis años en el cabaret, me sentía alejada del cine. Traer a Amnesia a la vida era demasiado trabajo, y después de mi ultimo film solo estaba actuando, produciendo fiestas drag, y tratando de trabajar colectivamente con mis compañeras. Entonces, no estaba tratando de hacer una película, pero como la persona controladora que soy, perseguía a todos los fotógrafos y camarógrafos para que me pasaran el material que tenían del cabaret y de mis otras producciones, y lo guardé por años en mis discos duros sin ninguna otra intención más que archivarla para mi memoria y la de mis amigos. Para el ultimo show del cabaret, el 18 de octubre de 2019, llevé mi cámara y empecé a grabar después del show.
¿Qué paralelos ves entre el cabaret, sus ultimas funciones, y el Estallido Social de 2019?
El travestismo siempre ha sido una revolución. Las estructuras están colapsando en América Latina, a causa de la desigualdad, y el Estallido en Chile podría terminar con una constitución escrita hace 40 años, durante la dictadura de Pinochet. Así que, hemos visto las dificultades de la organización social desde una perspectiva macro hasta una micro, en relación al cabaret. Las cosas cosas estaban complicándose tanto afuera como dentro de la carpa de circo. Fuimos educados en formas de organizaciones jerárquicas, por lo que conocemos las dificultades de trabajar colectivamente, especialmente entre amigos cercanos. El Neoliberalismo pone su sello en todo, y nosotras no somos la excepción. ¿Pero, como deberíamos organizarnos como personas queer, para ser representados en las demandas de la sociedad civil?
En general graciosísima y cómica, “Travesía travesti” tiene momentos de sensibilidad y candidez, que se acercan a sus performers, y a sus relaciones interpersonales. ¿Cómo te acercaste a este equilibrio en el documental?
Incluso con el drama interno que significa vivir como una persona no-normada en una sociedad excluyente, violenta y opresiva hacia la diferencia, la comedia puede convertirse en una estrategia de supervivencia y escape de la victimización. La historia local del cabaret chileno ha sido puntuda pero tierna, usando el lenguaje como otra herramienta para deconstruirse. Mi foco principal en este film fue la relación entre Anastasia y Maraca, y me sentía muy intrigada de cómo mis dos amigas eran mejores amigas, pero a veces se convertían en sus peores enemigas. Y esto podía ser chistosísimo, pero también muy triste. Vivimos en una sociedad capitalista donde todos los artistas chilenos son empujados por el estado a competir entre ellos por un poco de plata, y nuestra escena drag había sido influenciada por vientos del norte, donde la competencia parece ser el objetivo, y el único escenario para artistas queer.